Sara Luna

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Tom Maver

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Descripción

SARA LUNA
Tom Maver
Epílogo de Leopoldo Brizuela
Madrid, diciembre de 2019
Colección Poesía, nº 40
68 páginas, 14 x 21 cm.
Rústica con solapas
ISBN: 978-84-120174-9-6
Precio: 11 euros (IVA incluido)

Premio del Poesía del Fondo Nacional de las Artes 2018 de la República Argentina (equivalente al Premio Nacional de Poesía en España)

* * *

EL LIBRO:

(del epílogo)

La poesía es cosa de mestizos. Y no todos, y no siempre, la escriben. Abrazado por el cuerpo de la madre tierra, a veces al mestizo le basta con jugar con palabras, con formas ajenas. Jugar a que se es otro, jugar a que se es libre. Pero se queda huérfano. Sara Luna es canción de huérfano.

Y es canción de regreso, Sara Luna. No el regreso de un hombre, porque Tom nunca ha estado en Tiu Chacra; el regreso de una estirpe, del espíritu de una estirpe que desanda el camino para calmar la herida, para dar un sentido a la separación.

Tom vuelve a Tiu Chacra y lo primero que «ve» son oraciones mudas que elevan las cruces del camposanto. Porque no sólo los vivos les rezan a los muertos; también los muertos rezan, velando, por los idos. Quién sabe si los muertos no lo han traído hasta acá.

[…]

LEOPOLDO BRIZUELA

*

POEMA:

CRUCES DE PALO (1)

Hay cruces de palo
en el camino a Tiu Chacra.
Ayúdeme, abuela, a avanzar
entre las oraciones que elevan
los muertos desde el cementerio
al borde de la ruta.

Si uno soltara su memoria
en campo abierto,
ella se quedaría paralizada,
los ojos fijos en la negrura.
Sáqueme el miedo, abuela, hábleme
de las leyendas del viento,
las transformaciones de los hombres
en mujeres, en animales,
del doble espíritu de cada uno,
del ángel de la guarda que fortifica
abandonando, de la ceniza
que pasaba sobre la herida del cerdo
recién capado
y noche que pasaba cuidándolo.

Yo vengo al pueblo donde nació
por caminos secundarios,
acerco mi oído a su lengua mestiza,
a sus historias
sobre las horas de trabajo,
la resistencia de la gente de campo
que ha hecho de sus días
un entrenamiento del cuerpo
para la ascensión de la cosecha.
Hábleme, usted que habló
tan poco en vida.


1. Un nudo en el estómago al bajar del colectivo que me llevó desde Santiago del Estero capital hasta Villa Robles, a unos 20 kilómetros. No sabía a dónde había llegado, sólo que estaba sobre la ruta provincial número 1, donde había un cementerio, un almacén, un bar, una escuela, una iglesia. Era casi el mediodía de un día de julio de 2015, no había nadie en la calle. Pensé en cruzar la ruta y esperar el colectivo de vuelta a la capital. Pero estaba tan cerca del lugar donde había nacido Sara Luna que sentía que todo lo que me unía a ella tiraba de mí hacia ese camino de tierra, de apenas dos kilómetros, que llevaba a Tiu Chacra.