Prohibido aparcar

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Luigi Ballerini

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Descripción

PROHIBIDO APARCAR
Luigi Ballerini
Edición, introducción y notas de José Muñoz Rivas
EDICIÓN BILINGÜE ITALIANO-ESPAÑOL
Madrid, mayo de 2023
Colección Poesía, nº 83
188 páginas, 14 x 21 cm.
Rústica con solapas
ISBN: 978-84-126327-6-7
Precio: 16 euros (IVA incluido)

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EL LIBRO:

(Del prólogo):

La obra poética y crítica de Luigi Ballerini (nacido en 1940 en el barrio milanés de Porta Ticinese), es una de las más ricas, completas e influyentes de la poesía italiana de la segunda mitad del siglo XX y los primeros veinte años del XXI. Es tal la variedad de intereses, de argumentos, y de autores europeos y americanos convocados en su obra, que para realizar cualquier acercamiento a esta se hace necesario dirigirse a los años de formación y de grandes intereses, previos a la publicación de sus primeros versos en revista a partir de la década de los sesenta. De estos años anteriores a su escritura poética quizá lo más relevante es su formación en la universidad de Bolonia, el ateneo que fomentó y consolidó el nacimiento de la neovanguardia italiana a principios de los años sesenta a través de la actividad crítica y el impulso personal (al menos en un primer momento), de Luciano Anceschi, profesor de hermenéutica en esa universidad y fundador de la revista «il verri». Un movimiento literario a cuyas bases teoréticas y experiencia Ballerini va a quedar unido como crítico y poeta durante toda su actividad posterior, pero manteniendo siempre una actitud de revisión de lo que la neovanguardia había significado para la cultura literaria italiana, y también de inteligente distancia crítica.

JOSÉ MUÑOZ RIVAS

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POEMAS:
(extracto)

DIVIETO DI SOSTA

prima fu il ronzare di una mosca: poi vennero i maestri
dell’obbedienza (il fuori tempo massimo, l’abbraccio
arroventato) e quasi tutti furono contenti: i cani nel canile,
il fieno nel fienile, la rena sull’arenile dove i vetri
diventano sassi di mare

poi fu come l’attrito di una colpa, la proposta di vendette
contro ignoti e degli aggiornamenti teologici: il disappunto,
non trovando espressioni adeguate, finì col tradursi
nell’inglese degli aereoporti

fu, in fine, il divieto di sosta, delle astuzie cadute nel grembo
di un’ansia, di una luna permalosa, dei singhiozzi a metà
prezzo di chi, scabro ed essenziale, deglutiva grammatiche
inevase, piccoli calvari a go go

PROHIBIDO APARCAR

primero fue el zumbido de una mosca: luego llegaron los maestros
de la obediencia (el límite del tiempo máximo, el abrazo
caliente) y casi todos estuvieron contentos: los perros en la perrera,
el heno en el henil, la arena en el arenal donde los vidrios
se hacen piedras de mar

luego fue como el atrito de una culpa, la propuesta de venganzas
contra desconocidos y de las actualizaciones teológicas: el desacuerdo,
no encontrando expresiones adecuadas, terminó con el traducirse
al inglés de los aeropuertos

fue, en fin, el prohibido aparcar, las astucias caídas en el regazo
de un ansia, de una luna quisquillosa, de los sollozos a mitad
de precio de quien, escabroso y esencial, deglutía gramáticas
no tramitadas, pequeños calvarios a go go

*

CHAPLINESCA

se qualcosa conta, oggi, è l’idea dell’ubi consistam,
del vestito chiaro, la mattina, fumo di Londra la sera,
e magari, per cena, lo smoking, come nei film muti, dove
andirivieni è lo stesso che non ancora, e uno dei pugili
è nascosto dietro l’arbitro, mentre l’avversario che lo cerca
per cazzottarlo, gli sta di fronte, e allunga il collo e tutti
e tre si muovono all’unisono, un po’ a destra e un po’
a sinistra, fino a quando i contendenti fanno un mezzo
giro, e le loro posizioni, diametralmente rovesciate, ora
le sostiene un forte con brio, un tripudio di agilità e paura,
di grafica e occultismo per cui il riso rifiorisce sulle labbra
dei neofiti, dei vedovi, dei divorziati, e degli schiavi addetti
ai lavori agricoli pesanti dai quali, scrive Thomas Jefferson,
si devono sempre escludere le donne, i vecchi e i bambini

CHAPLINESCA

si algo cuenta, hoy, es la idea del ubi consistam,
del traje claro, por la mañana, humo de Londres por la noche,
y quizá, para la cena, el smoking, como en las películas mudas, donde
ir y venir es lo mismo que no todavía, y uno de los boxeadores
está escondido detrás del árbitro, mientras el adversario que lo busca
para darle un puñetazo, lo tiene enfrente, y alarga el cuello y
los tres se mueven al unísono, un poco a la derecha y un poco
a la izquierda, hasta que los contendientes dan una media
vuelta, y sus posiciones, diametralmente invertidas, ahora
las sostiene un forte con brio, un tripudio de agilidad y miedo,
de gráfica y ocultismo por el que la sonrisa reflorece en los labios
de los neófitos, de los viudos, de los divorciados, y de los esclavos destinados
a los trabajos agrícolas pesados de los cuales, escribe Thomas Jefferson,
se deben siempre excluir las mujeres, los viejos y los niños.

*

UNA STRADA NEL BOSCO

deve farti tremare, angustiarti le orecchie, deve
assumere l’aspetto di un imprenditore amareggiato,
pronto a cedere ai consigli di fabbrica la proprietà
degli impianti e la direzione dei lavori. Deve inoltre
risultare che il vero nasce dal fare e il falso da chi,
senza battere ciglio, assiste neghittoso al fare o al fare
che rende possibile il fare, anche se il ridere invade
le piazze, se un vociare epilettico oscura qualunque
discorso e lo sbaraglia come uno tsunami. Prendi
Nelson Mandela che, uscito dal carcere, ha travolto
ogni record di umana sapienza, e di affilato coraggio,
sostenendo che non perdonare al bersaglio del proprio
disprezzo, sarebbe equivalso a vivere da prigioniero.
Osserva chi ha perso la strada che non ha mai cercato,
che ha detto è la città il giardino, il bosco una barbarie

UN CAMINO EN EL BOSQUE

debe hacerte temblar, angustiarte las orejas, debe
asumir el aspecto de un emprendedor amargado
preparado para ceder a los consejos de fábrica la propiedad
de las instalaciones y la dirección de los trabajos. Debe además
resultar que lo verdadero nace del hacer y lo falso de quien,
sin parpadear, asiste holgazán al hacer o al hacer
que hace posible el hacer, incluso si el reír invade
las plazas, si un vocear epiléptico oscurece algún
discurso y lo desbarata como un tsunami. Mira
Nelson Mandela que, fuera de la cárcel, ha superado
cualquier récord de humana sabiduría, y de afilado coraje,
afirmando que no perdonar al objetivo del propio
desprecio, habría equivalido a vivir como prisionero.
Observa quién ha perdido el camino que nunca ha buscado,
que ha dicho es la ciudad el jardín, el bosque una barbarie