Descripción
ARRORRÓ
Coriolano González Montañez
Madrid, junio de 2025
Colección Poesía, nº 102
80 páginas, 14 x 21 cm.
Rústica con solapas
ISBN: 979-13-990130-4-7
Precio: 13 euros (IVA incluido)
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EL LIBRO:
Este largo poema refleja la complejidad de la poesía contemporánea canaria, acudiendo a la intertextualidad como base estilística. Un libro que refleja la identidad de un tiempo y unas personas (madres y abuelas), que meten sus manos en la tierra para salvaguardar la memoria, y se mezcla con los hecho históricos y etnológicos, con reminiscencias de grandes autores canarios como Agustín Espinosa o Tomás Morales, pasando por la tradición anónima de las coplas de arrorró o las endechas hasta el Folclore infantil canario de José Pérez Vidal. Y alusiones al libro de Lothar Siemens sobre los esclavos aborígenes canarios (La isla de la madera). Todo un compendio de sabiduría, memoria y pasión poética.
POEMA:
(extracto)
Arrorró mi niño chico
arrorró que viene el coco
y se lleva a los niños
a los niños que duermen poco.
Jamás olvides que habitas una isla. Si caminas ligero, podrás atravesarla de norte a sur en tres días. Quizá tardes lo mismo si la cruzas de oeste a este. Siempre encontrarás el mar sea cual sea la dirección en la que vayas. No olvides que te trajeron en barcos y que te abandonaron. Tú no sabes navegar. Te dejaron aquí con animales y semillas. Volverán para saber qué has hecho, para esclavizarte, para robarte. Quizá dejes de recordar, quizá ellos también. Pero tú seguirás aquí, en la isla que habitas. Como hicieron otros antes que tú, como harán otros después porque la isla no se abandona.
Esta isla lejana, en la que ahora vivo, es la isla de las maldiciones.
Yo, el hijastro de la isla. El aislado.
Asisto a la apertura del naufragio más largo de los siglos.
[Vinieron en dos oleadas según las pruebas no concluyentes de Carbono 14.
La primera hace 2.500 años; la segunda en torno al siglo I, durante el reinado de Juba II. Alzados contra el imperio, les cortaron la lengua.
En la primera arribada, se introdujo la escritura líbico-bereber. Se han encontrado teóforos, teónimos y nombres personales. En la segunda oleada, la escritura latina-canaria].
Subimos la pequeña montaña. Había algo reverencial en nuestros pasos. Nos sentamos en la cima; observamos y acariciamos las piedras. Buscábamos que nuestros gestos repitieran los gestos dormidos. Golpeamos con palos la superficie. Cada piedra un sonidos distinto que se proyectaba en el valle. Formábamos melodías aleatorias que buscaban la brisa y el eco. Las telarañas se desvanecían y la montaña se convertía en altavoz de los pensamientos. En un lenguaje primigenio los litófonos respondían al letargo.
[El ADN de la población canaria conserva hasta un 56% de genes aborígenes, según estudios de las universidades de Stanford (EEUU), Durham (Reino Unido), La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria.
Han reconstruido el genoma del ADN mitocondrial (ADNmit o carga genética que solo se hereda de la madre) de 48 aborígenes canarios procedentes de 25 yacimientos arqueológicos. Los autores han hallado el resultado al comparar esos linajes con el genoma mitocondrial de 18 canarios.
El resto del ADN mitocondrial de los pobladores actuales procede de la Península Ibérica (38%) y de poblaciones subaharianas (4%), y es el resultado del mestizaje que siguió a la conquista entre europeos, aborígenes y los esclavos africanos traído a las plantaciones de caña de azúcar].
Fundé nuestro hogar con los callaos de la playa donde llegábamos bordeando una costa que ya no existe. El hogar eran palabras en el viento, caminos que bajaban desde la cumbre y bordeaban fugas, higueras y zarzas; nubes que quedaban amarradas en las medianías y gritos repetidos desde las atalayas; paredes que sostenían la montaña, manos quemadas al sol; dibujos en la arena, espera en los atardeceres; adoquines en calles estrechas, bajo el sopor de las tardes; curvas y curvas en carreteras que bordeaban los barrancos; una mesa donde los rostros ya son penumbra.