Fantasía de fanático

13,00 Impuestos incluidos

Enrique López Clavel

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Descripción

FANTASÍA DE FANÁTICO
Enrique López Clavel
Madrid, septiembre de 2025
Colección Poesía, nº 103
86 páginas, 14 x 21 cm.
Rústica con solapas
ISBN: 979-13-990130-5-4
Precio: 13 euros (IVA incluido)

* * *

EL LIBRO:

Del prólogo:

Enrique López Clavel es un mago de la expectativa; no solo por asombrarnos en cada verso, en cada mixtura de palabras. Su ilusionismo se manifiesta también en una disimulada progresión narrativa. Arranca el poemario con una partición brutal del mundo en dos mitades: «Corté mariposas, bolsos, jardines, / corté zapatos, cerrojos, cañerías / y hasta la cabeza de mi padre, / el retrato de mi madre…». Incluidos los conceptos y los objetos menos deslindables, como el rencor, el relámpago, un hormiguero, la corriente alterna o el sonido, que dejó de ser estéreo. Aparecen personajes como la tía Marisol, un matemático, el sobrino Rafael, elementos que refuerzan la sensación de estar dentro de un cuento que deja al lector expectante.

De los ruidos que acompañan a dos gatitos tras un muro nace «Fantasía de fanático», la segunda larga serie de versos que da título al libro. El poeta no se engaña, sabe que la inocencia no aparece exenta, depurada, sino que viene mezclada con la ganga de la vida. Lo que no quita para que esos sonidos gatunos, graciosos, ingenuos, puedan ser malinterpretados por entes divididos como nosotros, los medio seres.

A continuación «Diálogo contigo» convoca a dos individuos constreñidos, limitados: un preso y un convaleciente sin nombre van desgranando su desdicha, sus pareceres y sus anhelos, en parte comunes, en parte contrapuntísticos. En «Piedra de carne» y «Cerrojos de ausencia», cuarta y quinta larga hila- da de versos, Clavel poetiza de modo bello y desasosegante el pensamiento trágico de un suicida. Una fábula de los tres her- manos con sus perspectivas morales nos permite atisbar, «Agradecer al menos una probabilidad», para escapar o mitigar esta enajenante desunión interior y exterior del hombre de hogaño. «Cuando… la poesía» cierra el libro con una mirada a las posibilidades de la misma, tal vez para habilitar un reencuentro entre nuestras partes escindidas.

CARLOS CEBALLOS DE CASTRO

POEMAS:
(extracto)

I

Con la minuciosidad de cirujano
y la exactitud de dientes de alacrán
estrangulé la risa centrípeta
que bajaba por el abotonado tronco de un roble,
innoble lengua de mi perro instinto
Corté por encima de la cintura:
puertas, marcos, ventanas, columnas y cada una de las paredes
que guarecían mi chalé.
En medio de la calle volví a cortar
mi segunda casa para no tropezar con el techo.
Corté a la altura de los hombros
y corté por la mismísima mitad:
cama, baño, cubiertos, platos, pantalones, discos
y hasta la vidriería recorté y remaché su borde.
Corté mariposas, bolsos y jardines.
Corté zapatos, cerrojos, cañerías
y hasta la cabeza de mi padre,
el retrato de mi madre,
corazón de un vecino pendenciero
y el título de Energía Cuántica de Oxford,
propiedad de la recién graduada novia de un primo;
anillo de diamante
que dividí en dos partes iguales con hilo de aceite al rojo vivo.

[…]

*

[…]

Ha llovido bajo la quietud,
el olor a lluvia reconquista el viejo sentir
que sube por las piernas,
yergue en el estómago
y desmiente que haya paraíso fácil.
Amplio edredón es la vida
doblada por la tarde
y desdoblada al abrir los ojos.
Nacer adulto con los pies calzados
es polvo de ignorancia.
Crujir, muchos crujires
que hagan familiar el eco,
aunque esté articulado en otro idioma.
Distante,
minúsculo sorbo de tierra muy distante,
pero menos distante del eco que nos transporta.
Hay dos que se aman detrás de ese muro informe:
se vuelven,
se rasgan,
y las ropas apuran irse a la calle.
Harapos malolientes con figura humana que desandan,
van de portales a mercados,
de la rotonda Manduley al parque Hamlet.
Nadie o casi nadie descubre
que esas ropas deambulan sin gente.

[…]